México cómo país de la inversión, de la modernidad y del empleo, tiene que estar al día y la vanguardia en el acontecer del primer mundo.
Si queremos consolidarnos como una nación digna de pertenecer al G8 (que más bien me suena a G1) necesitamos ponernos al corriente.
Para lograr esto no es necesario crecer en cultura de denuncia, de progreso y de protesta.
Nada de eso; México lo que necesita es lo que los países del primer mundo tienen.
Convenientes enemigos terroristas, calles repletas de policía militarizada y sus fronteras al colapso por el ariete corporativo que demanda más mano de obra barata con mayor voracidad cada día.
El día de ayer escuche en el noticiero local sobre el atentado terrorista en
Hoy en la mañana leyendo la nota en Milenio, me doy cuenta que es uno de esos atentados con bombas anunciadas y colocadas tan convenientemente, que huele a oportunismo de los partidos políticos y los poderes fácticos.
Este evento, muy similar a los estallidos que volaron en pedazos la entrada del TEPJF, una sucursal bancaria y pues… las oficinas de la sede nacional del PRI (parte de la fachada). Aún sin que las cámaras de seguridad captaran absolutamente nada en ninguna de las 3 sedes, se logro encontrar un artefacto con una leyenda con algo parecido a:
“Cuidado, el consumo de este explosivo puede ser dañino para la salud, así que préndalo y córrale”
Las amenazas de Al-Quaeda, o los bombazos a los ductos de PEMEX por parte del EPR, también primeras planas debido a la delicadeza del asunto, en su tiempo alertaron a la población, por lo menos en el circulo en el que me encontraba en el momento de la noticia, al grade de escuchar “Ay, esos islámicos siempre quieren destruir el mundo”, o “Ya deberían echarle el ejercito al EPR para que los maté a todos”.
Otro caso muy común de terrorismo claro está, es cuando uno se sube al camión de ruta (estarán siendo entrenados por Al-Quaeda los choferes) o cursa la primaria. Los riesgos de shock nacional son tan grandes como en cualquiera de los otros pero no ocupan primeras planas.
Con esto no quiero decir que estos atentados no representen un verdadero peligro, incluso con el hecho de que hayan sido colocados para ser encontrados y que la noticia apareciera en primeras planas y pudiéramos interpretarlo como que el país está bajo asedio de algún grupo terrorista (que ya pronto se adjudicara el intento), esto es mucho más grave de lo que parece. Ya sea Al-Quaeda, alguna facción del EPR, miembros de
No quiero decir que no haya grupos enemigos a nuestra nación con pretensiones de mantener a la población aterrada, sin embargo, no puedo dejar de pensar por que estos ataques e intentos de terror suceden en el marco de una agenda trilateral para combatir la insurgencia, ¿no le beneficiaría mucho a contratistas privados de defensa que uno de estos atentados fuera exitoso y realmente dañara a nuestra gente? ¿No sería acaso en esas circunstancias que un conferenciante experto en el tema viniera a exigirnos el gasto en armamento y entrenamiento paramilitar de nuestras policías, como lo han hecho con anterioridad Al Gore y Rudy Giuliani?
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